En un comunicado, la coordinadora rechazó las críticas que ha recibido este idea y señaló qe la apertura de estas salas "no sólo no perjudica al barrio y la zona en la que se instalan, sino que, por el contrario, hace que se derive el consumo a un lugar protegido y controlado higiénicamente".

A juicio de estas ONGs, las salas de "venopunción" tienen que ubicarse obligatoriamente allí donde existan focos de consumo de drogas, y con el cuidado de las autoridades para que no se conviertan en "sacos sin fondo" donde aparcar a los drogodependientes.

La coordinadora lamenta las "barreras de nsolidaridad y desconocimiento" que ponen aquellos que critican la iniciativa del Ejecutivo madrileño, "y que no quieren que los drogadictos estén visibles en nuestros barrios, pero tampoco en lugares donde se les pueda atender dignamente".