Morán reivindicó la necesidad "de hacer un libro blanco de la gente de una cierta edad y cómo se puede atender a sus necesidades", y afirmó que la diferencia en la atención social a los ancianos no es sólo una cuestión presupuestaria, sino que responde a distintas concepciones de la vida y de la política entre la derecha y la izquierda.

Exigió, también, una vida participativa para esas personas "porque el llegar a la Tercera Edad no debería significar el final de toda actividad, sino el cambio de unas actividades por otras".