Sobre las 12 del mediodía del pasado jueves, día 18, García Vicente acompañaba a una periodista y un fotógrafo del mencionado rotativo, Paz Hernández y Alberto Manzano, respectivamente, que estaban realizando un reportaje sobre los lugares de culto que existen en el citado parque.

Según la denuncia que presentó ese mismo día el socólogo en la comisaría de los Cármenes, los tres viajaban en su vehículo cuando sacaron la mencionada fotografía a la mujer y, "a un kilómetro del lugar donde habían hecho las fotos, fueron parados por la misma Patrulla Verde, que les solicitó la documentación".

Los agentes pidieron a Manzano el permiso para hacer fotografías en la Casa de Campo, lo que le extrañó mucho, pues se trata de un lugar público. En ese momento, llegó a bordo de una furgoneta conducida por otra persona la prostituta, que pidióa los agentes municipales que requisaran el carrete de fotos, pues ella quería revelarlas.

Entonces, según la denuncia, los policías "solicitaron del dicente que les entregara el carrete, que ante la situación creada y para no forzarla más, el dicente cumplió lo ordenado por los agentes y les hizo entrega del carrete, si bien los agentes, en vez de quedarse con el mismo, para depositarlo donde pudiera ser reclamado por el interesado, se lo entregó directamente a la mujer, que se lo guardó". A continuaión, la furgoneta se marchó.

El carrete llevaba sacadas unas 25 de las 36 exposiciones. En cuanto a los agentes, antes de marcharse, García Vicente les pidió el número de policía y tomó el de uno de ellos, el 1069.9.

Aedenat protestó hoy mediante una nota por "los métodos empleados por la Policía Municipal. Los miembros del orden público no deberían estar al servicio de intereses particulares más o menos ocultos, sino desarrollar una labor que contemple el beneficio de todos los ciudadanos", concuyó la organización ecologista.

POLICIA MUNICIPAL

Por su parte, fuentes de la Policía Municipal manifestaron a Servimedia que los agentes de la Patrulla Verde se encontraban identificando a la mujer en un paraje llamado Rodajos, en la Casa de Campo, cuando ésta les comunicó que les estaban fotografiando desde un coche y ella no quería que su rostro pudiera quedar registrado.

Los municipales, según la versión policial, se encaminaron a los autores de las fotos y les dijeron que la mujer no querí que le hicieran fotografías. Entonces, la prostituta intervino en la conversación y les dije que quería el carrete. "Se establece una discusión entre la mujer y estos señores; nosotros mediamos, intentamos convencer de alguna manera si no tenían grandes problemas en dar el carrete. Obligar nada, a nadie", precisó un portavoz del Cuerpo municipal.

"El caso es que después de la discusión", añadieron, "voluntariamente entregan el carrete a esta mujer". Los policías desconocen si ese rollo correspondía alas fotos que realizaron a la prostituta o no.