Tras señalar que las reservas de agua en la actualidad son menores que hace un año y que esta propuesta va encaminada a favorecer un uso más racional del agua, afirmóque es el momento de actuar sobre la gestión de la demanda para establecer hábitos que reduzcan los consumos y garanticen la sostenibilidad.

Entre las medidas concretas que el Canal de Isabel II va a poner en marcha en los próximos meses, destacó la elaboración de un marco que obligue a los nuevos desarrollos urbanísticos instalar redes separativas para el riego de jardines, pÚblicos y privados, y para la limpieza de las calles con agua reciclada.

Calvo expuso su intención de ofertar hasta 30 hecómetros cúbicos de agua reciclada a un precio inferior al agua potable para sustituir algunos consumos actuales.

Asimismo, anunció la instalación de contadores individuales y otros electrónicos para medir de manera precisa los consumos y detectar la existencia de fugas en las tubería particulares.

El citado plan contempla la subvencion de parte de las instalaciones de elementos favorecedores de la reducción del consumo como duchas y cisternas de doble descarga.

Con el objetivo de incentivar l ahorro familiar, se bonificará la factura adicional a la existente, por cada metro cúbico ahorrado respecto al año anterior.

En el terreno de la detección de fugas y control de consumos y caudales, Calvo dijo que en los próximos cinco años el Canal de Isabel II aumentará la sectorialización del abastecimiento y que se están ampliando los puntos que aportan datos y el control de las válvulas reductoras de presión. Para ello, existe una inversión de 10,82 millones de euros, añadió.

En cuanto a lareducción de pérdidas de agua, señaló que las inversiones realizadas han conseguido rebajar las pérdidas al 11% y que en los próximos tres años ese porcentaje se rebajará en dos puntos.

Calvo habló también de la renovación de tuberías de distribución y explicó que en el periodo 1996-2000 se sustituyeron más de 1.070 kilómetros, con una inversión de 156,18 millones de euros. En los próximos cinco años tienen previsto renovar 1.200 kilómetros, para lo que gastarán 180 millones de euros.