De acuerdo con las citadas fuentes, el hombre no pudo recordar cómo se produjo las heridas ni nada de lo sucedido, aunque los investigadores del caso barajan la hipótesis de la automutilación.

Los agentes se entrevistaron con la mujer que vivía con el herido, que afirmó que al llegar a su casa se encontró con su compañer ya mutilado. Los policías no encontraron en el domicilio los órganos seccionados, que al parecer podría habérselos comido uno de los dos perros de la pareja.

Los funcionarios sí encontraron en la vivienda toallas, paños y cojines con manchas de sangre. El arma utilizada tampoco ha aparecido.

De los informes médicos se deduce la utilización de un objeto cortante y no se descarta que se tratase de una automutilación. R.M.P. sufre ataques de epilepsia y es alcohólico desde hace años, según relató s compañera.