Por otro lado, el año pasado los operarios del Parque del Retiro encontraron en el fondo del estanque -cuando lo vaciaron, limpiaron y cambiaron el agua- un total de 26 urnas de cenizas.

El Reglamento de Policía Sanitaria Mortuoria sólo prohíbe arrojar las cenizas humanas en las vías públicas, por lo que es lícito esparcirlas en un estanque, un parque o el mar. Otra cosa es qué se puede hacer con el contenedor, la urna, que como un objeto cualquier debe depositarse en un contenedor de basura o incluso en una papelera, pero en ningún caso en los mencionados lagos, ya que no son vertederos.

En cuanto a la hija de José Agustín Gil Ortega, cuyas cenizas fueron encontradas dentro de la urna flotando en el estanque del Retiro el martes por la tarde, pasó al crematorio del cementerio de La Almudena a recogerlas ayer a la una y media del mediodía, indicó Abánades.

La mujer actuó de buena fe y creyó que podía arrojar la urna con los restos al estanue por voluntad del finado. Por ello, el ayuntamiento no la sancionará.