La Jefatura Superior de Policía confirmó hoy a esta agencia que no habrá ninguna investigación interna sobre la actuación del agente y que el caso está en manos del juez.

Luis V.P., de 35 años, delincuente habitual con 11 antecedentes policiales y conocido consumidor de drogas, falleció ayer, sobre las once de la noche, a consecuencia de una herida de bala, disparada por un policía nacional, al que previamente intentó apñalar el fallecido.

Según la Jefatura Superior de Policía de Madrid, el agente, funcionario de la comisaría de Alcobendas-San Sebastián de los Reyes, realizó un primer disparo intimidatorio al aire y el agresor se lanzó navaja en mano contra el policía, que al ver que su vida corría peligro, disparó de nuevo contra el atacante ocasionando su muerte.

El suceso se inició minutos después de las 23 horas de ayer cuando un ciudadano informaba a la comisaría de Alcobendas-San Sebastián de los Reyes sobe un robo que tenía lugar en la cristalería de la calle Cervantes, número 5.

Agentes del servicio de noche acudieron al lugar y vieron roto el cristal de la puerta del establecimiento. Un vecino informó a la policía de que el ladrón había huido con la caja registradora hacia la avenida de la Sierra.

Los dos agentes de la patrulla se acercaron a rastrear las obras de la estación de cercanías de Renfe en la misma avenida y decidieron pasar al interior al oír golpes metálicos. Los policías entraron or distintos puntos. Uno de ellos sorprendió a un desconocido detrás de un camión, cuando trataba dde reventar una caja registradora.

El sospechoso, al escuchar la voz de "alto policía", se dirigió navaja en mano hacia el agente, que efectuó un primer disparo al aire con fines intimidatorios, pero no disuadió al agresor que intentó apuñalarle.

El agente retrocedió unos metros, tropezó con una máquina perforadora y el atracador aprovechó la situación para intentar clavarle la navaja, momento en elque el policía disparó contra él.

El proyectil alcanzó el costado derecho del delincuente. Un equipo del 061 acudió a prestarle los primeros auxilios, pero falleció allí mismo. Fue identificado como Luis V.P., domiciliado en San Sebastián de los Reyes.

El rastreo del lugar permitió el hallazgo de los dos casquillos percutidos. El juez de guardia, que compareció en el lugar del suceso, se hizo cargo de la navaja que había empuñado el fallecido. También se recuperó, reventada y vacía, la caja regisradora. El muerto tenía en sus bolsillos unas monedas, único dinero que posiblemente había dejado en ella el dueño de la cristalería.