La primera intervención fue de un paquete enviado desde Quito (Ecuador), cuya mercancía estaba declarada como discos de música típica de los Andes. La persona que recogió las bolsas, de origen ecuatoriano, fue detenida tras descubrirse la cocaína en un doble fondo.

En la siguiente investigación se encontró la droga (casi 14,5 ilos) oculta en dos maletas y en cuatro paquetes de café que portaba un joven de 21 años de nacionalidad colombiana.

Dos madrileños que regresaban de Brasil fueron también detenidos con más de 2,5 kilos de esta sustancia ocultos en sus cuerpos, mientras en la última operación se detectó la droga mezclada con un dulce de panela que procedía de Bogotá (Colombia).