Este libro debería ser obligatorio para todo tipo de viviendas y construcciones, tanto antiguas como de nueva, según manifestó hoy el presidente del colegio, Eduardo González Velayos.

El libro de mantenimiento, por otra parte, ya cuenta con precedentes en Cataluña (Barcelona tiene ya su ITE), Baleares, País Vasco, Canarias, GaliciaAndalucía.

Según los aparejadores, este manual evitaría la cuarta parte de los problemas que se detectan en los edificios madrileños con menos de 10 años y, en general, eliminaría los numerosos problemas jurídicos que se derivan de las reclamaciones efectuadas muchos años después de la construcción del edificio, y que resultan claramente atribuibles al mal uso o a la falta de mantenimiento del inmueble por parte de sus propietarios.

En el libro deben constar los datos constructivos del edificiouna planificación de las necesidades de mantenimiento. Su implantación permitiría a un técnico alargar la vida útil de un edificio y supondría una garantía para futuros compradores y usuarios.

Además, la ITE y el Libro de Mantenimiento contribuirían a reducir o no incrementar las primas de las aseguradoras que cubren los riesgos de los inmuebles, según los aparejadores.