El alcalde de Madrid, José María Alvarez del Manzano, también estuvo en la iglesia que regentan los padres Capuchinos, acompañado por varios concejales, sobre la una y cuarto de la tarde.

Durante toda la madrugad y el resto del día de hoy miles de personas, muchas de ellas llegadas de otras regiones del país, esperaron pacientemente su turno en una cola kilométrica que llenaba las aceras de las calles cercanas.

Uno de los religiosos que atienden la basílica calculó que cerca de 200.000 fieles adorarán el Cristo entre las 12 de la pasada noche y las 2 de la madrugada de mañana, sábado, cuando haya cumplido su deseo de rezar ante Jesús de Medinaceli el último devoto.

De ellos, unos 40.000 no se limitan a rzar y adorar la imagen de Jesús, sino que besan también sus pies. Asimismo, los sacerdotes ofrecen unas 45.000 comuniones durante la jornada, según dijo a Servimedia uno de los capuchinos.