Se trata de un "reducto paisajístico singular" que conserva un antiguo olivar con 150 ejemplares centenarios, de los que una treintena pueden sobrepasar los 400 años. La finca alberga además árboles frutales, especies propias de la Sierra del Guadarrama y uno de los ejemplares de madroño más antiguos de Madrid.

La inclusión del Olivar en el Catálogo se ha conseguido mediante una modificación del Plan General, cuyo proyecto de modificación alcanza a las tres edificaciones existentes en el Olivar que hasta el momento no gozan de protección. Pasarán así a formar parte del Catálogo de Edificios Protegidos. Se trata de la antigua vivienda de Ramón Menéndez Pidal, hoy sede de su Fundación; la sede de la Fundación Castillejos y otra edificación propiedad de la familia Castillejos-Claramunt.

El Olivar de Chamartín, con una superficie de 14.421 metros cuadrados, debe su importancia no sólo a la existencia de olivos centenarios, sino también a haber sido escenario de distintas iniciativas culturales, científicas y humanísticas impulsadas por Menéndez Pidal e intelectuales como Dámaso Alonso, que también tuvo casa en la superficie.

Hasta la Guerra Civil, el Olivar estuvo alejado de la ciudad, pues Madrid acababa en el antiguo hipódromo, lugar que actualmente ocupan los Nuevos Ministerios.