Dichas labores, cuya duración prevista en principio era de una semana, se han prolongado por espacio de tres debido a su complejidad. La retirada de escombros y andamios, realizada con grandes grúas, ha tenido que hacerse con gran precisión y cuidado para evitar ocasionar años mayores al templo del siglo XVI.

Ahora, una vez comprobado que no existe peligro alguno para las personas, se procederá a celebrar las misas y bodas programadas para este fin de semana, volviendo a cerrar la iglesia el lunes para continuar con la retirada de los últimos restos.

"Si todo se desarrolla con normalidad, la iglesia podrá abrir sus puertas de nuevo a finales de la semana que viene", aseguró el alcalde de la localidad, Baltasar Santos.

Posteriormente, la Comunidad de Madrid prcederá a desarrollar las obras de reconstrucción del chapitel, que tendrán un coste que aún no ha sido posible determinar, dado que quiere hacerse con el mismo tipo de materiales y con las mismas técnicas de hace cuatro siglos.