La huelga ha obligado a trabajar en turno de noche para mantener los mínimos y que los trabajos que requieren hormigón no retrasaran otros, por ejemplo, para que la instalación de bordillos no afectara al calendario de asfaltado.

Drgados ha tenido que trabajar un poco forzado durante quince días, pero las obras que aún quedan (remates, puesto que los 3,6 kilómetros de la calzada principal ya están construidos) no se van a ver afectadas, según un portavoz de la empresa.

El único motivo de preocupación de la constructora son las condiciones climatológicas, que podrían retrasar los trabajos más allá de finales de diciembre, fecha que el Ministerio de Fomento y el Ayuntamiento de Madrid se han marcado como objetivo, aunque el plazo ficial para finalizar las obras no concluye hasta marzo de 1997.