Según informó hoy la Dirección General de la Guardia Civil, las investigaciones se iniciaron a raíz de las presuntas irregularidades denunciadas ante la Consejería de Sanidad por varios pacientes, que aseguraban que les habían recetado unas cápsulas que les provocaron malestr físico, por lo que acudieron a un endocrino que les alertó de los posibles efectos nocivos de las mismas.

La Guardia Civil comprobó que la clínica no figuraba inscrita en los organismos correspondientes de la Comunidad de Madrid y que el supuesto médico responsable del establecimiento no aportaba ningún tipo de documentación que le habilitase para el ejercicio de la profesión médica.

El supuesto "centro médico" contaba con un letrero a la entrada del inmueble, en el que se anunciaba su activida, y utilizaba como reclamo para conseguir clientes el boca a boca de unas pacientes a otras.

Tras analizar las cápsulas que recetaba el falso médico se ha comprobado que están compuestas por sustancias perjudiciales para la salud, además de utilizar frascos cuyas etiquetas no se corresponden con su contenido real.