"Aplaudimos el cierre de la incineradra, ya que desde que se construyó estuvimos en contra, por su gestión insostenible y por emitir por encima de los niveles permitidos", declaró a Servimedia Sara del Río, encargada del área de tóxicos de la organización.

Del Río arremetió contra la gestión en materia de residuos que está llevando a cabo el ayuntamiento de la capital y abogó por una separación de la materia orgánica, "para que a la hora de compostar hubiese un porcentaje de 'impropios' (sustancias tóxicas) muy bajo".

Greenpeace conidera que los responsables municipales no han puesto el suficiente interés en el reciclaje ni en el fomento de la separación de residuos. "Se queman los residuos porque no se sabe qué hacer con ellos", dijo Sara del Río.

La organización ecologista reclama también al ayuntamiento que ofrezca una mejor información a los ciudadanos sobre el peligro que entrañan las emisiones de las incineradoras, así como sobre las consecuencias de no reciclar materiales como el vidrio, el papel y el plástico, separándols de la materia orgánica.

Por lo que se refiere a las incineradoras, Greenpeace advierte de que algunos de los productos tóxicos que emiten producen cáncer y tienen efectos negativos sobre el sistema hormonal. "Aunque no se emitan a la atmósfera, se quedan en las cenizas, con las que no se sabe qué hacer. Por eso, no todo desaparece cuando llega a las incineradoras", dijo Del Río.