Mientras el ministro defendió el beneficio futuro de estas obras, frente a su "impacto transitorio", el alcalde criticó a "la izquierda" y, en concreto, al PSOE, que, en su opinión, "ha asumido el lenguaje de la derecha caciquil".

Alvarez-Cascos indicó "si alguien pretendiera que una gran obra pública no tenga un impacto transitori sobre los ciudadanos, sería imposible llevarla a cabo", para añadir a continuación que "el beneficio posterior que tiene la obra es infinitamente superior a los perjuicios transitorios que provoca. Será por el tiempo mínimo, y lo va a ser por el beneficio de ellos mismos (los vecinos), que serán los primeros que van a resultar beneficiados de una gran infraestructura tranversal en Madrid".

El alcalde, por su parte, declaró que "las críticas nacen de todos aquellos que critican el transporte público, ue es la izquierda de Madrid", que "ha hecho una apuesta ideológica, estratégica e intelectual por el vehículo privado. Se han opuesto a todos los proyectos para mejorar el transporte público".

"Hoy, en la España de siglo XXI, quien ha asumido el lenguaje y el papel de la derecha caciquil de defender siempre el transporte privado y oponerse al transporte público es el Partido Socialista", concluyó Ruiz-Gallardón.