Durate su intervención en el debate del estado de la región, Gallardón, que habló cerca de tres horas, dijo que, bajo su gobierno, "todo el progreso que los madrileños han conseguido para ellos y para sus familias no ha sido consecuencia inevitable del mero paso del tiempo".

Criticó la anterior etapa socialista de la Comunidad y dijo que "los ciudadanos pueden sentirse satisfechos de haberse liberado por fin de aquella falsa visión de un Madrid inmóvil que tanto perjudicó a esta región en los años ochentay primeros noventa"

A su juicio, la palabra que resume su proyecto para Madrid es "modernización. El Gobierno del PP recibió un Madrid desfasado, resignado y afectado de graves problemas y hoy ofrece un Madrid en el que la participación de los ciudadanos ha desmentido que ese declive fuera un destino obligado".

Habló de la lealtad de la Comunidad madrileña hacia el Estado Español y dijo que la "democracia y el autogobierno se defienden desde la fidelidad a la Constitución, y no recurriendo a ultiátums ni desafiando a las instituciones", en clara alusión al Gobierno vasco.

Siguiendo con los logros de su Gobierno, afirmó que la Comunidad de Madrid ha generado el 17% de todos los empleos creados en España, recordó que entre 1988 y 1995 unas 116.000 personas perdieron su trabajo y que en su etapa de gobernante se crearon 629.000 puestos de trabajo.

Gallardón fijó la tasa de paro en el 6,7%, 4,4 puntos por debajo de la media nacional, y señaló que el pleno empleo de calidad es un objetivo alcnzable.

Añadió que la cohesión social y terrotorial de la región se ha alcanzado gracias a una fuerte apuesta por las infraestructuras que, según dijo, no tiene precedentes en Europa. Citó como ejemplo las inversiones en transportes públicos, fundamentalmente el Metro, que hoy es utilizado por un 37% más de viajeros que en 1995.

Gallardón también se refirió a la seguridad ciudadana y dijo que, "contrariamente a lo que insinúan los augurios de quienes proyectan una visión agónica de nuestra convivncia, Madrid no será un foco de inseguridad rampante".

Repasó los logros en materia educativa, sanitaria y de inmigración y señaló que los presupuestos de 2003 "conciliarán solidaridad pública y disciplina presupuestaria, compartiendo las directrices emanadas de la UE y del Gobierno de la nación".

El presidente regional enumeró lo hecho por cada una de las consejerías y algunos de los proyectos de su Gobierno de aquí a las próximas elecciones.

Recordó el "más horrible atentado de la historia, el del 11 de setiembre de 2001 y afirmó que, "doce meses después, la realidad sigue siendo dolorosamente imperfecta".

Se despidió, con la voz entrecortada por la emoción, señalando que se compromete en los próximos nueve meses "a seguir poniendo todo mi empeño para buscar soluciones" a los problemas de la región.