El asaltane, cuyo nombre responde a las iniciales Miguel M.C., se disponía a huir con el botín obtenido de un atraco a una farmacia de la calle Lope de Rueda cuando se topó con una patrulla de la Policía Municipal que intentó darle alcance.

El caco, que había intimidado a los farmacéuticos con un cuchillo para que le entregaran la recaudación, se percató de la presencia de los agentes y se escondió en un portal de la misma calle para intentar despistar a sus perseguidores.

En su huida, Miguel subió hasta e primer piso y allí descubrió que había una ventana por la que podía escapar a un patio y huir de los agentes. Sin embargo, al saltar por la ventana se fracturó un tobillo, lo que le impidió seguir huyendo.

El atracador quedó tendido en el suelo y los agentes consiguieron alcanzarle. Los policías le trasladaron hasta el hospital Gregorio Marañón, donde fue atendido de su lesión y quedó ingresado bajo vigilancia policial.