A las doce del mediodía se recibía ayer en el 091 la llamada de una mujer, encargada de un bar situado en el número 7 de la plaza de Santa Bárbara, que pedía ayuda porque un antiguo empleado la estaba amenazando con destruir el local. La dotación de un radiopatrulla detuvo al individuo y lo trasladó a la comisaría de Centro.

Una vez en las dependencias policiales, el joven mantuvo una actitud insolente y violenta; se negó a identificrse y, cuando se iba a iniciar el trámite de diligencias, dio un puñetazo en la nariz a uno de los policías. También golpeó a los agentes que acudieron en ayuda de su compañero.

De elevada estatura y gran corpulencia, hasta seis policías debieron intervenir para reducirle. El primero de ellos hubo de ser trasladado a una clínica, ya que, según un equipo del Samur, presentaba "epístasis bilateral importante, desplazamiento de pirámide nasal con hundimiento".

La actitud violenta del arrestado prosiuió una vez encerrado en el calabozo, hasta el punto de desencajar a golpes la puerta. Por el temor de que se causara lesiones graves, se avisó a otro equipo del Samur que, ante la extrema agresividad del detenido, no pudo prestarle asistencia médica. Finalmente se calmó y en presencia de su abogado le fueron leídos de nuevo sus derechos. Se negó a prestar declaración.

La mujer amenazada afirmó que el joven se presentó en el local cuando estaba cerrado al público. Llevaba una barra de hierro de casi mtro y medio -que le fue intervenida- y exigió el pago de una deuda por su trabajo anterior en el bar y a la que, según ella, no tiene derecho. Amenazó con golpearla si no le abonaba el dinero y con destrozar el establecimiento.