Las 54 familias gitanas han cumplido 10 meses en ese asentamiento provisional desde que a mediados de mayo de 1994 fueran evacuadas del Camino de los Toros, en el distrito de Canillejs, para construir pisos libres y de protección oficial.

Además, en Cañada Real no hay fluído eléctrico desde hace más de una semana, suprimido por Unión Fenosa porque los chabolistas no han abonado ningún recibo desde el pasado mes de agosto y la deuda asciende ya a 1.350.000 pesetas.

Los miembros del consejo de administración del Consorcio, Consejería de Integración Social, Concejalía de Urbanismo y Delegación del Gobierno, que actúa de presidente, consideraron el pasado 8 de marzo que las familas no podían seguir viviendo junto al vertedero de Valdemingómez, donde en fechas próximas entrará en funcionamiento la nueva incineradora.

Sin embargo, el Consorcio no fijó el nuevo emplazamiento de las familias, en espera de que sean realojadas definitivamente en viviendas sociales de la Comunidad o el Ayuntamiento, y 14 días después se desconoce adónde van a ir a parar los chabolistas.

Por su parte, el gerente del Consorcio, Julio Fernández Mato, advirtió la semana pasada en la Asamblea de Madid que dimitirá si las administraciones deciden crear un asentamiento añadido a los diez existentes en el municipio de Madrid.

Asimismo, vecinos del distrito de Villaverde protagonizaron manifestaciones la semana pasada por los rumores de que los marginados iban a ser enviados allí.

Fuentes de la Delegación del Gobierno señalaron hoy a Servimedia que todavía no hay una decisión tomada sobre el destino de los gitanos, mientras que fuentes del Consorcio aseguraron a esta agencia no disponer de comuicación oficial alguna al respecto.

Junto a este problema está el surgido en el poblado de La Mimbrera, al lado del aeródromo de Cuatro Vientos, donde no quieren ir 90 chabolistas del Cerro de la Mica, en el distrito de Latina. En La Mimbrera se encuentran desde este mes de enero 38 familias procedentes de distintos asentamientos de Carabanchel.