MADRID. UN FALLO INFORMATICO EN EL PARKING DEL AVE ATRAPA A DECENAS DE USUARIOS DURANTE MEDIA HORA

- Un conductor inmovilizó su vehículo a la salida por defender que había abonado la estancia, a pesar de que la barrera no se levantó

MADRID
SERVIMEDIA

Un fallo informático en el sistema de cancelación del abono de aparcamiento en la salida del parking de la estación de Atocha provocó noche un altercado entre decenas de usuarios y agentes de seguridad privada que custodian las instalaciones ferroviarias, al verse aquellos imposibilitados de abandonar el recinto.

El suceso se inició sobre las 22,10 horas, cuando B.G., de 39 años y vecino de Madrid, se dispuso a abandonar el aparcamiento. Sin embargo, tras validar su ticket la barrera no se levantó, lo que desencadenó el posterior altercado.

Tras ponerse en contacto con un empleado del parking mediante el interfono instalado en a máquina de validación, y al conminarle éste a que retirara su vehículo para no entorpecer el paso del resto y a que abonara nuevamente la estancia, el afectado optó por mantener inmóvil su coche, al entender que, primero, había actuado correctamente validando su ticket y, segundo, no tenía por qué pagar una estancia que había resultado gratuita, pues permaneció apenas un cuarto de hora en la estación, tiempo que está exento de pago.

La situación se agravó al tratarse de una hora en la que llegaban ala estación, en un periodo de 15 minutos, dos trenes, el AVE procedente de Sevilla y el Talgo de Málaga, con centenares de pasajeros, la mayoría de los cuales retiraban en ese momento su vehículo del citado aparcamiento.

La aparición de una guarda jurado no hizo sino empeorar el estado de ánimo del conductor, a quien acusó de no haber abonado el importe correspondiente, razón por la que, aparentemente, la validación del ticket no habría surtido el efecto esperado: el levantamiento de la barrera.

or su parte, los ánimos de los usuarios que guardaban cola empezaron a exaltarse a medida que transcurrían los minutos, en tanto que la guarda jurado requirió la presencia urgente de otros agentes de seguridad, que se personaron de inmediato, con el propósito de impedir que la situación fuera a más.

Entre tanto, algunos usuarios, coléricos con lo que ocurría, dejaron sus vehículos y recriminaron, primero haciendo sonar los claxons y, después, a voz en grito, la actitud del usuario afectado, quien insitía una y otra vez, en sus explicaciones al personal de seguridad, en que él había actuado correctamente en todo momento.

"DON ERRE QUE ERRE"

Técnicamente, cuando se produce un fallo en la máquina validadora, resulta imposible comprobar si un ticket ha sido validado o no o, sencillamente, si ha sido introducido. Un agente de seguridad explicó a Servimedia que los tickets, una vez introducidos, caen libremente en una caja, sin que quede registro informático alguno: como el voto en una urna electoral,sin que pueda saberse con exactitud cuál ha sido el último.

La inexistencia de una cámara de seguridad en el lugar, que hubiera permitido comprobar la veracidad de la versión del usuario, dejó a éste sin más salida que la de inmovilizar su vehículo en tanto no se levantara la barrera y a la espera de que se personara la policía, a la que llamó desde su teléfono móvil.

La actitud del afectado rememoró anoche en la estación del AVE la célebre escena protagonizada por el desaparecido actor Paco Martnez Soria en la película "Don erre que erre", en la que éste defiende, con razón, el abono por parte de un banco de una exigua cantidad de dinero.

Lo sucedido podría haber resultado cómico si no fuera porque decenas de conductores se vieron atrapados durante casi media hora sin poder abandonar el aparcamiento. El agente de seguridad consultado por esta agencia explicó que casos como éste se repiten con cierta frecuencia, probablemente por culpa de un sistema ya obsoleto, lo que termina con el levantamento de la barrera para impedir mayores problemas.

Sin embargo, anoche la barrera se levantó más tarde de lo habitual y, para impedir que se produjera algún tipo de enfrentamiento personal entre el principal afectado y el resto de usuarios -los ánimos se caldearon más de la cuenta y el primero llegó a introducirse en su vehículo por temor a una eventual agresión-, se decidió finalmente darle salida.

B.G. anunció a Servimedia, no obstante, que estudia demandar a la empresa propietaria del aparcaminto por no disponer de los instrumentos precisos que permitan confirmar si se produce o no un error del sistema de control, pues, en su opinión, "en casos como éste, el usuario siempre queda desprotegido y es, en primera instancia, sospechoso de haber infringido la norma".

(SERVIMEDIA)
16 Ene 2004
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