El estafador abría cuentas en distintas entidades con documentos de identidad falsificados y en ellas ingresaba cheques y pagarés sutraídos, que después falsificaba en la cantidad y en el beneficiario. A continuación disponía del dinero utilizando las libretas o tarjetas de crédito obtenidas en el banco.

La mayor dificultad par localizar al estafador, que ya había sido detenido en numerosas ocasiones, eran sus continuos desplazamientos por distintas ciudades, aunque en uno de sus viajes a Madrid pudo ser detenido.

Roberto L. cuenta con 19 antecedentes policiales y ha llegado a utilizar seis nombres distintos. En la actualidad tenía pendiente una orden de búsqueda, detención e ingreso en prisión dictada por un juzgado de Madrid.