Como empresarios contratantes aparecían personas sin posibilidades económicas e incluso una gran parte de ellas con minusvalías psíquicas.

Los investigadores han tomado declaración a los supuestos contratantes, algunos de los cuales manifestaron que accedieron a la firma del contrato, presentado por José Luis G, a cambio de cantidades que oscilan desde las 20.000 a las 30.000 pesetas. Otros actuaron sin ánimo de lucro, pensando que con ello podían ayudar a regularizar su situación a algún extranjero.

Según se deduce de la investigación, José Luis G. cobraba a los inmigrantes 110.000 pesetas de media por cada gestión de contrato laboral. La mayoría de los estafados carecían de ingresos o se encontraban en dificil situación económica.

La policía empezó a investigar la estafa a raíz de una denuncia presenada por un ciudadano dominicano contra José Luis G. el pasado mes de julio en la Brigada de Extranjería. Este se había hecho pasar por abogado especialista en temas de extranjería y le había inducido a viajar a España para, posteriormente, regularizar su situación. El denunciante aceptó y pagó por ello 110.000 pesetas.

La policía comprobó que José Luis G. tenía pendiente una orden de detención y presentación dictada por un juzgado de Illescas (Toledo), por una denuncia por delito contra la libertad y eguridad en el trabajo. Además, meses antes una mujer filipina le había denunciado a causa de otro fraude similar.

Las gestiones para localizar al sospechoso no dieron resultado positivo, por lo que la policía creía que podría encontrase en el extranjero. De hecho, está casado con una ciudadana dominicana, motivo por el cual muchas de sus víctimas son de esta nacionalidad. Además, tiene fijada su residencia en Alemania.

Sin embargo, los investigadores no cesaron en su empeño y hace unos días compobaron que se hallaba en Madrid. Finalmente, a principios de semana le localizaron y detuvieron en la Avenida Donostiarra, donde vive una hermana. José Luis G. carece de antecedentes y se encuentra a disposición judicial. Aparte de los fraudes supuestamente cometidos en Madrid, existen otros en Toledo.