En un comunicado, la organización asegura que una parte de las muestras de los metales pesados (plomo, cobre, manganeso, níquel y arsénico) fueron recogidas el día 12 de agosto, mientras que el resto (cadmio y mercurio) fueron muesteadas el 3 de septiembre. En la documentación recibida por Ecologistas en Acción de la Consejería de Medio Ambiente de la CAM no figuraba ninguna explicación sobre esta circunstancia.

Los ecologistas afirman que si se cumple la metodología que se debe utilizar en los análisis de las emisiones de la incineradora, se deberían ofrecer los datos de todos los metales pesados correspondientes al mismo día, ya que la muestra en la que se deben analizar todos ellos debe ser la misma.

Ecologistas en Acció pidió una explicación a la Consejería de Medio Ambiente y al cabo de un tiempo comunicaron que, como los resultados de los análisis efectuados en agosto en el horno número 3 fueron contradictorios, se tomó una nueva muestra el día 3 de septiembre para confirmar la validez de los datos obtenidos. "Los resultados de esta segunda toma fueron homogéneos entre sí y equivalentes a los valores medios de mercurio detectados a lo largo del año, por lo que se dieron por definitivos", se indica en la aclaración.

A juicio de la organización, esto quiere decir que al haber detectado un elevado valor de mercurio en las emisiones de la incineradora, se trató de "tapar" el mismo realizando otra medición para que salieran datos equivalentes a los "normales". Ante ello, se preguntan qué fiabilidad pueden tener las mediciones que se realizan en las incineradoras y cómo pueden saber los ciudadanos si están sometidos a riesgos por contaminantes atmosféricos.