El pasado domingo se celebró una "fiesta secreta" en la antigua discoteca, que está clausurada desde el pasado 20 de octubre por orden de la Gerencia Municipal de Urbanismo, a la que acudiron más de 2.000 jóvenes. El local tiene licencia para ser restaurante mexicano, con el nombre de "Taquería-restaurante Pancho Villa", pero no para funcionar como discoteca.

A primera hora de la tarde de ese día, un joven de 20 años, Pedro S.S., falleció a las puertas de la discoteca como consecuencia de haber esnifado un cuarto de gramo de "speed", una droga de diseño, y haber ingerido varias pastillas de "Roiphnol". No se ha podido demostrar que adquiriera tales sustancias en el mismo local.

Elpasado viernes, la policía tuvo conocimiento de la existencia de octavillas que convocaban a la "fiesta secreta", a celebrar el día 4 de 6 de la mañana a 6 de la tarde. En consecuencia, a las 5,25 horas del domingo, dos agentes informaron a Alejandro C.A., que se hallaba en el local como dueño, de la prohibición gubernativa de apertura.

Se extendió el acta correspondiente, firmada por los funcionarios y el interesado, donde éste quedaba enterado de la responsabilidad en la que incurriría en caso de inringir dicha prohibición.

A las 14 horas del mismo día, otros dos agentes acudieron a la discoteca y levantaron acta de la presencia de unas 2.000 personas dentro del local. En ese momento, ninguno de los propietarios se hallaba presente.

Tras conocerse la muerte de Pedro S.S., ayer por la tarde fueron citados en comisaría los propietarios del establecimiento, que quedaron detenidos tras la lectura de sus derechos. En su declaración, reconocen haber celebrado la fiesta sin la autorización correspndiente, pero argumentan que el establecimiento ahora ya no se llama "Attica".