Los hechos por los que han sido detenidos comenzaron hace siete meses, pero las menores no se habían decidido a contárselo a nadie hasta ahora, cuando fueron a denunciarlo a la comisaría acompañadas de sus respectivas madres.

El primer suceso ocurrió cuando un empleado de na galería de alimentación, Miguel P.L., de 27 años, les invitó a entrar en su establecimiento ofreciéndoles unos 'chupa-chups' y allí les sometió a tocamientos. Este acto se repitió en otras seis ocasiones, en unos casos bajo el mostrador y en otros en los servicios.

Pero las niñas volvieron a ser objeto de agresiones sexuales por parte de otro adulto que no tenía relación con el primero. Un vecino, Antonio B.G., les propuso subir a su domicilio para ver unas revistas.

Las publicaciones resultarn ser pornográficas y el anfitrión las iba repasando lentamente mientras preguntaba a sus invitadas si deseaban ver "al natural" lo que se veía en aquellas páginas, según las mismas fuentes policiales. Llegó incluso a desnudar a las muchachas, a las que finalmente dio 250 pesetas.

En otra ocasión encontraron al mismo individuo en la calle. Después de invitarlas a dar una vuelta por el barrio, se acercaron a una nave deshabitada, de donde las muchachas tuvieron que huir, ante el "extraño" comportamient del adulto.

Conocidas estas denuncias, agentes de la comisaría de Usera detuvieron a los dos implicados. El empleado en la galería comercial carecía de antecedentes, mientras que el otro tenía en su haber una detención por escándalo público.