Estas medidas se alican a aquellas especies animales que, por su procedencia, no están preparadas para soportar los rigores del verano madrileño, con temperaturas próximas a los 40 grados centígrados, por lo que también son alimentados con comidas menos grasas que las del resto del año.

Según indicaron las mismas fuentes, los pandas gigantes y los pandas rojos tienen aire acondicionado en sus instalaciones, y en casos extremos son obsequiados con bloques de hielo, mientras que en otros recintos se dispone de humectadors para climatizar el ambiente, como es el caso de la zona de los alces, o bien de fosos llenos de agua.

Las tortugas gigantes tiene que ser duchadas cuatro o cinco veces al día para ayudarlas a combatir el calor, aunque no todos los animales necesitan de estos servicios especiales, ya que algunos desarrollan sus propios sistemas, como el cambio de pelo habitual por uno mucho más fino cuando llega el verano.

Las mismas fuentes indicaron que estos servicios especiales no suponen ningún coste adicioal para el Zoo, ya que igual que en verano hay que ayudar a unos animales a combatir el calor, a otros en invierno hay que protegerlos del frío, como es el caso de los gorilas y de los chimpacés.

Asimismo, los delfines y otras especies de hábitat marina, como las que se pueden observar ahora en el recién instalado acuario, experimentan un cambio de temperatura del agua, según las estaciones del año.