Los establecimientos estaban situados en Usera -el taller- y en Villalba -los restaurantes- y los funcionarios tenían sospechas de que en ellos se explotaba mano de obra extranjera, concretamente a ciudadanos chinos.

En el taller de confección, situado en la calle Santoña y regentado por Yan Yan H., de 23 años, trabajaban 13 personas en el momento de la intervención policial, todas en situación legal, sin ningún tipo de contrato ni cobertura de Seguridad Social y en condiciones sanitarias y de seguridad infrahumanas, según las mismas fuentes.

Mientras, en el restaurante "Grandeza", de la calle Real de Villalba, la policía detuvo al propietario, Zhiahen Z., de 30 años, con quien trabajaban cinco ciudadanos chinos en condiciones laborales similares a las anteriores. En una de las dependencias estaban instaladas 15 camas.

La misma situación de ilegalidad y explotación, según la policía, serepetía en el restaurante "Sol", también de Villalba, regentado por Tanping Ch., de 29 años, que tenía trabajando con él a cuatro compatriotas.

Además de los tres responsables de los establecimientos, un total de 12 chinos fueron detenidos y se les ha abierto expediente de expulsión. Los trabajadores eran captados bajo promesas de trabajo legal y digno en Europa entre componentes de las capas sociales más bajas de China.

El traslado a nuestro país se ofrece a los chinos a cambio de uno o dos millnes de pesetas, que tienen que abonarlo según sus posibilidades, parte en China y el resto en España.