Según la Jefatura Superior de Policía, el pasado fin de semana los tres jóvenes tomaron un tren de cercanías con destino a Alcalá y desde el primer momento comenzaron a provocar desórdenes, entre ellos orinar y escupir en el vagón.

Posteriormente, cuando el revisor les pdió el billete, que no llevaban, le amenazaron y a continuación forzaron la cerradura de acceso a la cabina del conductor y quemaron con cigarrillos las tapicerías de varios asientos.

Una vez en Alcalá, visitaron dos bares cercanos a la estación, donde provocaron altercados con los clientes. Tras ser detenidos y trasladados a comisaría, no cesaron de gritar e insultar a los funcionarios, además de darse golpes contra las paredes.