Gracias a los datos aportados por los testigos, la policía supo que la víctima había sido atropellada. Además, en el lugar del crimen la Policía Científica encontró restos de cristales, seguramente de un piloto o faro de un vehículo.

Después de distintas gestiones, los agentes encontraron en la zona de la Cañada Real un vehículo al que le faltaba el faro delantero derecho. El propietario declaró en un primer momento que se lohabía vendido a una mujer, E.M.S., pero posteriormente reconoció habérselo traspasado al marido de ésta, un tal Manolo. Sin embargo, la poicía descubrió que no se trataba del marido de la mujer, sino de su hermano.

Tras ser localizados los dos hermanos, la mujer manifestó que el coche lo habían comprado unos conocidos suyos, un menor y su padre, José Martín E.S.

Finalmente, los agentes identificaron a los ocupantes del vehículo la noche del homicidio, dos de los cuales han sido detenidos. Se trat de José Martín E.S. y su amigo Manuel G.F., que niegan haber participado en el atropello y que ya han pasado a disposición judicial, según informó hoy la Jefatura Superior de Policía de Madrid.