Según la Jefatura, los integrantes de la banda de 'narcos' obligaban a los jóvenes a ejercer de 'correos' mediante amenazas, coacciones, agresiones y persecución sistemática, tanto a ellos como a sus familias.

Las investigaciones policiales sobre este caso comenzaron hace cinco meses, cuando se comprobó que un grupo organizado de delincuentes introducía hachís en Madrid desde ciudades del norte de Africa.

La policía observó entonces que la organización utilizaba a menores de entre 14 y 15 años, con problemas afectivos y de integración social, captados en lugares de esparcimiento, como salas de billar o juegos recreativos de la zona centro de la capital.

Si los jóvenes no aceptaban colaborar con la banda, eran sometidos a presiones. Una vez pactada la colaboración, los muchachos viajaban a Tánger o Ceuta, donde recogían el hachís y lo transportaban dentro de su cuerpo, para lo que ingerían hasta 80 unidades de paquetitos de droga en forma de bellota.

Si no eran caaces de introducir la droga en su organismo, los integrantes de la banda les permitían trasladarla camuflada como quisieran, pero, en ese caso, les advertían que corrían riesgos de que debían asumir solos. Durante el viaje de regreso a Madrid eran controlados por miembros de la organización, quienes posteriormente les trasladaban a chalés de las afueras de la capital para que expulsaran la droga mediante laxantes.

Los nueve detenidos son el cabecilla de la banda, de nacionalidad francesa, y otros ochointegrantes de la misma, uno brasileño y el resto españoles.