Las mujeres, de edades comprendidas entre 23 y los 32 años, ejercieron la prostitución durante varios años en el club de alterne Triana (Asturias), regentado por José Miguel F.I., pero hace dos meses se escaparon del local y se trasladaron a Alcalá de Henares, donde residen actualmente en un piso alquilado.

Una de ellas llamó a la policía cuando se percató de que José Miguel F.I. y Juan Antonio .V., que llegaron desde Asturias en un vehículo Mercedes 190, intentaban llevárselas por la fuerza al club.

Posteriormente, las mujeres declararon en comisaría que sufrieron continuos malos tratos durante su estancia en el local de Asturias, como palizas, quemaduras, heridas con arma blanca, baños de agua fría durante horas e intentos de asfixia y bestialismo. Además, eran obligadas a consumir cocaína y dos de ellas tienen hijos fruto de las relaciones que mantuvieron con José Miguel F.I.

Los agetes encargados de formular las denuncias comprobaron que aún conservaban señales de estos malos tratos en sus cuerpos, principalmente cicatrices de heridas por arma blanca y por quemaduras.

Todo el dinero que cobraban a los clientes tenían que entregárselo a José Miguel, que formó una sociedad de alquiler de máquinas recreativas, a la que iba aparar el dinero. Según las citadas fuentes, José Miguel F.I. ha comprado al parecer otras cuatro viviendas, dos embarcaciones y una cafetería.