El primer caso ocurrió la semana psada. El propietario de un taxi telefoneó a la comisaría de Aranjuez para denunciar que había recibido la llamada de un empleado suyo, conductor de ese vehículo, en la que decía que había sido secuestrado.

La comisaría se puso en marcha y una hora más tarde los agentes localizaron al hombre con la cara manchada de sangre y la ropa sucia y rota. El supuesto agredido manifestó a los agentes que los autores habían sido un hombre y una mujer que habían subido a su taxi en el Aeropuerto de Barajas.

Trs una declaración llena de contradiciones sobre lo sucedido, con mentiras sobre supuestas agresiones, el hombre, Alberto E., explicó a la Policía que era consumidor de cocaína y que había gastado el dinero de la recaudación del taxis en dosis y que para justificar el gasto ante su jefe denunció un secuestro falso.

El segundo de los casos esclarecido por la Policía se remonta al mes de diciembre cuando Alejandro S.H. denunció haber sido víctima de un secuestro.

Según manifestó, había sido abordadopor tres delincuentes cuando estacionaba su coche en la calle Postas de Aranjuez. Fue llamado a declarar dos veces y finalmente reconoció haber hecho una denuncia falsa. En realidad, había pasado la noche en un club de alterne y pagado con su tarjeta de crédito. Para evitar problemas con su esposa, denunció el secuestro.