Cuatro de estos detenidos llevaban la droga en el interior de su cuerpo, en bolas que habían ingerido, mientras que la quinta persona llevaba la cocaína en un doble fondo de su maleta.

Dos de los 'culeros' fueron detectados por la policía en el control de pasaportes porque su aspecto infundía sospechas: tenían os ojos irritados y el tono de voz evidenciaba que no se encontraban en buen estado.

A ambos se procedió a realizarles una radiografía, descubriendo que llevaban 100 y 55 bolas de cocaína en su cuerpo, respectivamente. Posteriormente, otros dos pasajeros, un hombre y una mujer, fueron detenidos con otras 100 bolas de cocaína cada uno, que confesaron haber tragado voluntariamente.

En cuanto a la mujer que llevaba la maleta llena de droga, la policía sospechó de ella porque la forma que tenía el eqipaje ya les sonaba a conocida. Cuando solicitaron a la propietaria que la abriera, un fuerte olor a pegamento inundió la estancia. Los agentes procedieron a desarmarla y fue cuando encontraron en un doble fondo unos paquetes de plástico negro que ocultaban 2.100 gramos de cocaína.