A pesar del mutismo e sus víctimas, los agentes han conseguido el testimonio de cinco muchachos, de edades comprendidas entre 11 y 14 años, que confirman la existencia de tales delitos.

Las sospechas sobre los posibles abusos eran de dominio público entre los vecinos de la calle Hijas de Jesús, del distrito de Usera. Al domicilio del detenido, una casa baja del número 20, acudían numerosos niños y adolescentes, sin ningún motivo que lo justificase.

Días atrás, un vecino denunció el caso en el juzgado de guardia, cuy titular encargó al Grupo de Menores (Grume) abrir una investigación.

Los funcionarios dispusieron una discreta vigilancia junto a la vivienda y comprobaron que la denuncia era cierta: muchachos muy jóvenes, casi niños, entraban y salían del domicilio de Manuel V.C., quien tenía antecedentes por abusos sexuales a menores.

Los investigadores se entrevistaron con varios de los adolescentes que, en un principio, mostraban ciertas reticencias a explicar lo que ocurría en la casa.

Finalmente, cino de ellos relataron que el arrestado se exhibía desnudo y, al mismo tiempo, profería expresiones soeces. En algunos casos también efectuaba tocamientos a los niños, que reconocieron que el detenido les entregaba a cambio dinero y golosinas.