A raíz de una informaciones reservada, la Policía estableció vigilancia en torno a la citada vivienda e investigó en Telefónica. Los tres teléfonos instalados en el piso registraban un desmesurado consumo de pasos telefónicos, por lo que todo apuntaba a un uso fraudulento de las tres líneas telefónicas. Las sospechas se confirmaron cuando se comprobó que la persona a cuyo nombre figuraban los contratos, extendidos hace 15 días, había fallecido en diciembre de 1992.

Sin embargo, a la vivienda no acudía gran cantidad de personas como suele ser habitual en estos casos. La explicación estaba, como se supo más tarde, en que las conferencias se hacían a 'tres bandas', es decir, los clientes telefoneaban al locutorio y desde éste se les facilitaba la comunicación con el país solicitado.

La Policía ecidió, entonces, detener a las tres personas que habitualmente acudían a la vivienda. Saturnino fue detenido en el momento que se disponía a entrar en el piso; Manuel, cuando iba a hacer lo mismo, cinco minutos más tarde. El arresto de Rina tuvo lugar poco después en una calle próxima.

Los agentes intervinieron a Saturnino un bolso con varios cargadores de pilas y una agenda con anotaciones relativas a la contabilidad del locutorio. Además, dentro de la agenda encontraron un documento de rescisión dealquiler, firmado por el detenido, de un piso de la avenida de Valladolid.

Según Telefónica, la compañía instaló allí dos líneas el pasado 28 de agosto. Decidieron desconectarlas 10 días después porque el alto consumo de pasos, más de 30.000 de promedio diario, señalaba la posibilidad de una estafa.

En cuanto al locutorio de la calle Bravo Murillo, el fraude asciende a 5.010.956 pesetas. A los dos ciudadanos cubanos se les ah incoado expediente de expulsión de nuestro país y se da la circunstanci que uno de ellos, Manuel, tiene un antecedente policial por apropiación indebida.