A su juicio, las denuncias, de ser ciertas, son constitutivas de delito, ya que los acusados, un eucador y el responsable del "catering" que suministra la comida al centro, obligaban a algunos pequeños a "ingerir los vómitos, les ataban a una silla cuando se hacían pis y pronunciaban frases como: ¡Pégale ahí que no deja marcas! No estamos hablando de malas pautas educativas, sino de posibles malos tratos", puntualizó.

El Defensor del Menor en la región explicó a Servimedia que hace unos días empezaron a llegarle denuncias de distintos ámbitos, entre otros de algunos educadores del centro, sobre suuestos malos tratos en una escuela infantil de Torrelodones.

Desde que llegó la primera denuncia, explicó Urra, inició una investigación y solicitó de la Concejalía de Servicios Sociales del Ayuntamiento de la localidad que enviaran todos los datos para saber qué es lo que estaba pasando en el centro.

"Anteayer, a las nueve de la mañana, el propio alcalde de Torrelodones, Mario Mingo, se reunió conmigo y me hizo entrega en mano de una amplia y extensa documentación con cinco denuncias presentadasy firmadas en presencia del primer edil. Esto quiere decir que quien ha presentado las denuncias ha pensado lo que han escrito y lo han firmado", lo que a su juicio ofrece garantías, indicó el responsable del Menor.

Una vez valorado el contenido de las denuncias, el Defensor del Menor cree que lo que en ellas se dice es constitutivo de delito, por lo que esta mañana ha trasladado la documentación al fiscal jefe del Tribunal Superior de Justicia, "porque entendemos que son graves las acusaciones que sevierten", subrayó Urra.

Por otro lado, el Defensor del Menor mantuvo una reunión en la noche del lunes con los padres de los pequeños que acuden a la escuela infantil donde supuestamente ocurrieron los hechos, para tranquilizarles y explicarles qué medidas iba a adoptar.

Urra mantiene que aun en el supuesto de que se hayan cometido malos tratos con los niños, éstos no han podido dejar marcas indelebles en los pequeños "emocional ni psíquicamente". A su juicio, los hechos han podido ser constitutios de delito, pero "quiero quitarles (a los padres) cualquier miedo o cualquier susto, cualquier sensación de pensar qué le habrá pasado a mi niño y si el día de mañana por lo que ha ocurrido va a quedar traumatizado". Urra dio esta opinión como terapeuta infantil y pedagogo.

El Defensor del Menor opina que este caso es muy grave, porque si las denuncias son falsas se ha hecho mucho daño a la figura del educador y se ha creado alarma social. Pero si son verdad, indicó Urra, "yo aplaudiría a los compañros que han entendido que prima la denuncia a una posición más cómoda, que es callar".