El real decreto que autoriza el traslado de inmueble, que formaba parte de la cerca del Monte del Pardo, argumenta que en su ubicación actual el monumento ha sufrido un importante proceso de degradación por la proximidad de grandes trazados viarios, que además imposibilitan su acceso y visión.

Por ello, Cultura considera que se hace "imprescindible" cambiar el emplazamiento de la puerta, declarada monumento desde 1977, y su instalación en un lugar lo más próximo posible a su actual entorno.

A pesar de que el Ministerio considera que la meida es "traumática y extraordinaria", estima que es necesaria y que concurren los requisitos fijados en la legislación para este asunto en concreto.

El emplazamiento definitivo será una glorieta en forma de lágrima situada al final del nudo viario entre la N-VI y la M-30 en sentido salida, es decir, a unos metros de donde se encuentra actualmente, también en ese mismo nudo viario.