El conocido como "Plan de Inertes", cuyo periodo de vigencia se extiende hasta el año 2011, trata de solventar la situación producida ante el notable aumento en la generación de residuos de construcción y demolición (RCD) y la proliferación de escombreras ilegales y puntos negros de vertio.

Para ello, prevé, entre otros instrumentos, una red pública de instalaciones (depósitos y plantas de reciclaje), un sistema de tasas y fianzas para los poseedores del residuo y un programa de sellado y restauración de vertederos municipales. La inversión prevista para el desarrollo del plan entre los años 2002 y 2011 asciende a cerca de 81,3 millones de euros.

Gracias al acuerdo suscrito hoy, ambas partes aceptan el nuevo marco competencial que establece el plan, según el cual se declara serviio público autonómico la gestión de estos residuos -salvo para aquellos municipios de más de 300.000 habitantes-, incluidos los residuos procedentes de obra menor y reparación domiciliaria, cuya gestión es competencia de los ayuntamientos.

La administración local será la encargada de controlar las cantidades de RCD que se generan. En este sentido, a la hora de dar la licencia de obra, los municipios deberán saber la cantidad de RCD que se prevé generar y las instalaciones de valorización, transferenci o eliminación en las que se gestionarán los mismos.

SITUACION EXTREMA

Según el consejero de Medio Ambiente, este plan "pondrá fin a un problema serio para los madrileños, como es el de los residuos inertes, con un mínimo coste para los ayuntamientos". Explicó que la situación actual, que calificó de "extrema, provisional y precaria", se ha ido solventando "gracias a la solidaridad de algunos municipios, como Madrid, Valdemoro, Colmenar Viejo o Móstoles".

El objetivo del "Plan de Inertes" es, sgún Calvo, dar "un cambio radical a la filosofía de gestión de los residuos de construcción y demolición que se ha llevado hasta el momento, apostando por la prevención en su generación y por el fomento de la reutilización y el reciclado, a través de la construcción de las infraestructuras necesarias para su valorización, junto con el desarrollo y potenciación del mercado de los subproductos obtenidos".

En la actualidad, prácticamente el 100% de los RCD generados en la región se destina a la eliminacin, con lo que, al no realizarse selección alguna con carácter previo al vertido, los riesgos de contaminación al medio ambiente aumentan. Para evitar esta situación, el plan trata de aprovechar estos residuos, de manera que las cantidades que se lleven a depósito sean menores.

Así, todos aquellos RCD calificados como "tierras y materiales pétreos" se destinarán a obras de restauración de áreas degradadas por la actividad extractiva de canteras o graveras, mientras que los RCD calificados como "escombrs" -materiales de abastecimiento y saneamiento, de telecomunicaciones y suministro eléctrico- pasarán antes por una planta de clasificación para su reciclaje o, si esto no es posible, depósito.

Gracias a esta nueva gestión, se calcula que, tras pasar por una clasificación inicial, el 32% de los RCD serán tierras y residuos inertes no recuperables que pasarán directamente a depósito controlado; el 20% serán de tipo variado -papel y cartón, madera, plásticos, metales y vidrio- y serán entregados a gestoes para su correcta eliminación o aprovechamiento, y el 48% pasará a planta de reciclaje para su recuperación, en parte (el 31%), en forma de áridos.