En su opinión, "la reinserción de los menores no es tarea fácil, es posible, pero siempre que haya una decidida intervención de los poderes públicos y de la Administración apoyada por equipos técnicos en intervención psico-educativa, formados, experimentados y entregados a su trabajo y proyecto y con programas innovadores e imaginativos".

Esperanza García afirmó que los menores sometidos a régimen de internamiento tienen, la mayoría, unas características comunes. Así, los padres de muchos de estos jóvenes se encuentran en el paro, son consumidores habituales de drogas y tienen antecedentes de violencia, lo que motiva que muchos de ellos sufran durante su niñez malos tratos.

A pesar de esta lamentable situación, la gerente del IMMF señaló que esta realidad no debe llevar a planteamiento exculpatorios de su responsabilidad sino que hay que intentar compensar su déficit educativo con un planteamiento correcto.

A su juicio, las medidas correctoras que se aplican en los centros de la Comunidad de Madrid pasan por, primero, crear un ambiente lo más normal posible dentro de estas instituciones, que no provoque rechazo ni animadversión en los menores y jóvenes que están internados en ellos y que a la vez propicien la relaciones personales y educativas.

Para lograr esto, Esperanza Garca estima que la creación de un programa de atención psicoeducativa prestada a cada interno en función de sus características y necesidades en la que la figura de un adulto como referente y consejero se convierte en imprescindible.

Otro punto importante que señaló fue el de utilizar un Programa Formativo General que tiene como finalidad producir una mejora personal en los internos.

Como ejemplo de estas afirmaciones, señaló que los centros de la Comunidad de Madrid cuentan con unidades escolares d la Consejería de Educación, que se encargan de velar por el derecho a la escolarización de los menores de 16 años y con talleres de carácter preprofesional donde se desarrolla un programa de simulación laboral en el que de trabajan hábitos como el de la puntualidad, el esfuerzo, la constancia o el trabajo en equipo.

En los programas escolares existen tres líneas de actuación que son: la alfabetización, la enseñanza del español para emigrantes y la educación a distancia donde los internos pueden conseuir, primero, el título de graduado en Educación Secundaria o alguno superior si optan seguir con los estudios.

Juntos a estas actuaciones genéricas para todos los internos, existen también otras específicas destinadas a jóvenes y menores cuya situación demande un trabajo intenso en áreas como la agresividad y los comportamientos violentos, las agresiones sexuales y el abuso y la adicción a las drogas.

Para que estos programas sean verdaderamente eficaces, Esperanza García explicó que según vaya inalizando el periodo de internamiento hay que buscar una inserción laboral para estos menores. A pesar de la dificultad de esta labor, el pasado curso hasta el 20% de los internos de alguno de los centros de la Comunidad de Madrid encontró algún trabajo, según afirmó la gerente del IMMF.

Por último, Esperanza García añadió que otra de las experiencias más positivas que se están llevando a cabo en centros de la Comunidad, como el C.A.R. 'El Madroño', ha sido la entrega de juguetes en Navidad por partede los internos de esta institución a niños y niñas que están en Residencias de Protección o la 'Granja-Escuela' de esta misma institución que abre sus puertas a grupos de niños entre 2 y 10 años y grupos de discapacitados.

Los menores internos son los encargados de impartir las actividades que ahí se realizan como el cuidado de los animales o el riego y recolección de frutas y hortalizas.