La puesta en servicio de este nuevo estacionamiento para vehículos privados forma parte de la estrategia de la compañía ferroviaria de fomentar el so combinado del automóvil y el tren de cercanías.

Para los usuarios de trenes de cercanías, el uso del aparcamiento tendrá un precio casi simbólico -actualmente es de cien pesetas para las 200 plazas existentes-, al igual que sucede en los ocho aparcamientos disuasorios con los que cuenta Renfe en la actualidad en la zona noroeste de la región.