Las inspecciones son responsabilidad de las empresas distribuidoras, que deben realizarlas gratuitamente en los domicilios cada cuatro años, mientras que las revisiones por arte de un instalador autorizado debe financiarlas el usuario, también cada cuatro años, según informa la asociación de consumidores en su revista "CECU Consumidores y Usuarios" .

Para aumentar las garantías en los hogares madrileños a la hora de utilizar los distintos tipos de gas, el Gobierno regional ha dispuesto que en lugar de efectuarse la inspección y la revisión seguidas, se espacien entre sí dos años para que la instalación sea controlada por un profesional cada dos años en lugar de cada cuato, sin que ello suponga un mayor gasto para los vecinos.