Para el alcalde de Madrid, el acuerdo se selló gracias "al diálogo entre las dos administraciones y supondrá el punto de arranque de nuestro compromiso electoral".

Con esta medida, Ruiz-Gallardón pretende "suturar la herida que ha provocado la pérdida de calidad de vida en algunas zonas de la ciudad, sobretodo en la Ribera del Mananares, así como conseguir que sea una carretera que distribuya eficazmente el tráfico y mejore la movilidad".

Por su parte, Alvarez Cascos afirmó que "la obligación del Ministerio de Fomento es garantizar la continuidad de una red de interés general del Estado y esta es una obra necesaria porque se adapta a la realidad de nuestras ciudades".

Para Ruiz-Gallardón, "a partir de este momento, hasta que se formalice la cesión, el Ministerio nos dejará trabajar como si fuéramos los titulares de la caretera".

El alcalde señaló que la reforma significará que parte de sus más de 2,5 millones de metros cuadrados de superficie sean subterráneos y que aumente la fluidez del tráfico ya que, en la actualidad, 200.000 vehículos utilizan a diario esta vía.