Castro subrayó que la actividad de estos artistas "alegra la vida" de los viajeros y ofrece "color cultural y musical", siempre que no se entorpezca el funcionamiento normal del Metro y la movilidad de sus usuarios.

A su juicio, las razones para prohibir esta actividad esgrimidas por la empresa metropolitana, quien asegura hacerlo por motivos de seguridad, no se sostienen en ningún caso, ya que los músicos no suponen una molestia para los viajeros ni serían un problema si se produjer una emergencia, pues llevan a cabo su tarea en zonas que no dificultan el tránsito.

Para el presidente de la FRAVM, la decisión de la empresa obedece a un intento de "limpiar" el Metro de cualquier actividad que no se corresponda con el transporte, lo que induce al presidente de esta organización a preguntarse si en este orden de cosas el próximo paso será "limpiar" también las calles.