Los responsables municipales de Urbanismo opinan que los planes de Argentaria, a través dela sociedad Desarrollo Urbanístico Chamartín, contienen demasiados metros edificables y pocas zonas abiertas, sobre una superficie de unas 60 hectáreas que hoy ocupa la estación.

Frente a estos inconvenientes, que amenazan con paralizar el proyecto, los responsables de Desarrollo Urbanístico Chamartín señalan en un comunicado que el proyecto "Gran Chamartín", como han dado en llamarlo en el taller de Bofill, supone el perfecto equilibrio entre lo urbanístico, lo social y lo económico.

Además de rcordar las inversiones, unos 200.000 millones de pesetas entre capital público y privado, que puede movilizar la inicitiva y del empleo que generará en la capital de España, los responsables de la iniciativa advierten que su financiación no supondrá ningún coste ni para las arcas municipales ni para las del Estado, aunque sí recibirán a cambio ingresos y compensaciones.

También añaden que en el caso de Renfe, propietaria de los terrenos que se pretenden cubrir para construir sobre una superficie volane, además de obtener mejores condiciones de infraestructuras férreas y de accesos a la estación, con la consiguiente mejora en el servicio, recibirá un canon sobre las plusvalías que genere la operación.

Por su parte, el Ayuntamiento se beneficiaría con la construcción gratis de un intercambiador de transportes para tren, metro y autobús, con el correspondienmte beneficio para el resto de las empresas municipales de transporte de la ciudad.

Además de garantizar al área de Chamartín el saneamientode una zona degradada y falta de servicios, añaden, será posible eliminar el bloqueo de tráfico causado ahora por la estación, ya que se creará una conexión entre Este y Oeste de la ciudad que ahora no existe.

Según los "abanderados" del proyecto, "el Ayuntamiento, en primer lugar, y los vecinos de Chamartín tienen que comprender que la obra es necesaria y no un capricho decorativo", y defienden la urbanización de un área residencial capaz de generar los recursos necesarios para que no suponga un gravmen a los bolsillos de los contribuyentes.

"Es una operación brillante, clara, económica y provechosa para todos. Los volúmenes se respetan, las alturas se rebajan en relación con el entorno, no se produce desequilibrio, el tráfico mejora, el medio ambiente también, los servicios de Renfe y de transporte urbano del Ayuntamiento, igualmente... ¿quién se puede oponer?", concluyen.