En el terreno de la ética, los primeros ediles del PP en la Comunidad de Madrid se proponen ser "rigurosos" en el sistema de designación de altos cargos y la "exclusión total del amiguismo y de nombramientos familiares".

Además, estn obligados a realizar ante notario una declaración de sus bienes y actividades y quedarán sometidos a "incompatibilidad con actividades propias y de los familiares".

Sobre la transparencia en la gestión, los alcaldes del PP pretenden "luchar contra el trato de favor", un mayor control de bienes y servicios municipales y dar preferencia a la subasta a la hora de contratar obras.

En el terreno de la austeridad, los populares persiguen reducir el déficit y el endeudamiento de los Ayuntamientos regios por el PP, así como los cargos de confianza, además de suprimir los gastos suntuarios y de propaganda.

En la reunión, a la que asistió Alberto Ruiz-Gallardón, presidente electo de la Comunidad, García Escudero exigió a sus alcaldes que "gobiernen para todos", se alejen de "cualquier tentación de creerse los dueños de las administraciones y que como servidores públicos ejerzan la confianza que han depositado en ellos los madrileños".