Agregó que este es "un impuesto que afecta a los ciudadanos de la clase media que con su trabajo y su ahorro dejan cuando fallecen a sus hijos una pequeña cantidad de dinero, generalmente,en el 90% de los casos, la vivienda habitual".

Aguirre, que calificó, en su intervención en el pleno de la Asamblea de Madrid, de "altamente equitativas" todas las rebajas de impuestos que recoge la Ley de Acompañamiento de los Presupuestos de 2004, explicó que suprimir el Impuesto de Sucesiones a lo largo de la legislatura es un compromiso de su Gobierno y que en este primer año se ha aprobado la supresión del gravamen entre padres e hijos cuando éstos son menores de 21 años.

El portavoz socialita, Rafael Simancas, replicó que la propuesta de Aguirre no hace distinciones a la hora de suprimir este impuesto, porque "perdona igual a la persona que hereda una casita en la playa y un poco de dinero como al millonario que hereda acciones, joyas y grandes sumas de dinero".

Destacó que esta reforma fiscal "arremete contra los principios de justicia y equidad", le propuso que elimine este impuesto para las personas que tienen un "patrimonio modesto o medio" y no a las "grandes fortunas, que es injuso cuando hay tantas necesidades sociales que atender".

Propuso a Aguirre que suprima este impuesto no sólo a los hijos menores de 21 años sino también a los mayores de esta edad, con dos limitaciones: según el volumen de la herencia y según el patrimonio preexistente. Por último se mostró dispuesto a negociar las cantidades límites.