Según Aedenat, el estudio muestra numerosas deficiencias técnicas y no tiene en cuenta el impacto socioeconómico que producirá el vertedero.

Además, los ecologistas sostienen que el EIA no evalúa otas alternativas para el emplazamiento de esta instalación y no menciona requerimiento alguno de garantía de calidad en los materiales que se utilizarán para su construcción y posterior sellado.

Las alegaciones también denuncian que las cenizas y escorias procedentes de la incineración de los residuos urbanos sólo se analizarán una vez al mes para determinar su toxicidad y si habrán de depositarse en el vertedero de seguridad o en el de basuras orgánicas.

Asimismo, Aedenat no considera admisible l inmovilización de las cenizas mediante mezcla con hormigón, por entender que los metales pesados se terminarían liberando al medio ambiente, y denuncia que el control del vertedero de seguridad una vez sellado y clausurado se prolongará durante diez años por parte de la empresa que lo construya, cuando la normativa europea establece en 20 años este periodo.

Esta instalación no se incluyó inicialmente en el proyecto de construcción de la incineradora del Ayuntamiento de Madrid, lo que es considerado pr los ecologistas como una muestra de la falta de previsión que aseguran ha caracterizado el proceso de construcción de la polémica incineradora.