Los ecologistas reprochan a la concejala de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, que utilice el impacto medioambiental en la Casa de Campo como argumento para oponerse a las obras, "cuando el resto de este espacio se encuentra en una situación lamentable y adolece de una gestión adecuada".

Subrayan que el paso de la M-40 por el Monte d El Pardo supone un mayor impacto medioambiental y que "la concejala no sólo no se opuso a su contrucción, sino que expresó su más firme apoyo".

Pero la actuación de la Comunidad de Madrid, que defiende la ampliación de la línea, tampoco cuenta con todas las bendiciones de los ecologistas, ya que las inversiones que suponen la obra son, a juicio de Aedenat, "desorbitadas".

La asociación reconoce que la obra mejorará la accesibilidad a determinadas zonas, aunque lamenta que "no se tengan en cuantaotros medios de transporte alternativos en superficie" y afirma que el número de viajeros que utilizan el Metro ha aumentado respecto a los de la Empresa Municipal de Transporte (EMT) por los problemas de tráfico que originan los vehículos privados, "modo de transporte sobre el que hay que actuar".

Asimismo, denuncia que estas construccionesactuaciones "sólo priman los intereses de las grandes empresas constructoras, que al final son las que más se benefician de estas obras faraónicas".

Para Aedeat, "tanto el Ayuntamiento como la Comunidad no tienen todavía claro el concepto de movilidad sostenible y, aún menos, su aplicación a la ciudad. Este concepto pasa por la potenciación del transporte público colectivo que reduzca la contaminación atmosférica y acústica, que ahorre en inversiones, energía y mantenimiento, y que recupere el espacio público para los vecinos".