La campaña de control, que se inició el pasado 1 de marzo, ha demostrado que las deficiencias más significativas en estas tiendas son las referentes a la información que se debe ofrcer al consumidor.

Los inspectores comprobaron que el etiquetado es incompleto y está redactado en lengua extranjera en el 85,6 por ciento de los 229 establecimientos inspeccionados. Lo mismo ocurre con el manual de instrucciones en el 64,6 por ciento de los controles.

En menor porcentaje, un 23,5 por ciento, tampoco se exhibe adecuadamente el precio en los artículos expuestos en los escaparates. Los derechos del consumidor en cuanto a devoluciones justificadas y la entrega de facturas o garantía tampoco se respetan.

También se ha detectado publicidad engañosa al inducir a error al consumidor con rótulos o anuncios en los que se anuncia que el precio es de 100 pesetas, cuando muchos artículos superan este precio.